jueves, 29 de enero de 2009

Welcome to Melbourne (Welcome to Hell)

Hace poco más de un año llegué a este país. El plan era sólo quedarme por 8 meses. Por lo tanto las obligaciones, el pensamiento y la perspectiva de ese tiempo correspondían a la de una estudiante: ir a la escuela todos los días, hacer tareas, estudiar duro, pasear con los amigos, ir a fiestas, trabajar y disfrutar de la oportunidad de estar en otro país. Si hacía calor o frío eso pronto pasaba a segundo plano porque la respuesta inmediata era: sólo son 8 meses, aguanta. Si un día no tenía para el café o para el boleto del camión y había que caminar horas no importaba, yo era una estudiante y la escases económica muchas veces –y más en el caso de los mexicanos- es un rasgo inherente a esa condición.

Pero este año, aunque no he dejado de ser estudiante, la perspectiva de mi estancia en Australia ha cambiado enormemente. Ya pasaron esos 8 meses. Ya terminé mis cursos de inglés. Estoy empezando un diplomado en Broadcasting y trabajo duro. Ya vivo en Australia… Me convertí en migrante.

Hoy vi claramente este cambio. Hoy me preguntaba por qué el año pasado no había padecido tanto las altas temperaturas que se viven en Melbourne (40-43 grados), por qué no me había pesado tanto el caminar bajo el rayo del sol, por qué no había notado el caos que se vuelve la ciudad cuando el calor paraliza los trenes...

Sí, fíjense que hoy me enteré que cuando la temperatura excede los 33 grados hay todo un programa de restricciones para la circulación de trenes entre el medio día y las 8 de la noche. ¿Los motivos? El acero se expande con el calor extremo y esto provoca que los trenes vayan más lentos. Otro es la visibilidad: los conductores de trenes no pueden ver apropiadamente las señales debido a la intensa luz del sol. Uno más es la sobredemanda de energía para hacer funcionar el aire acondicionado, esto puede provocar apagones y por lo tanto suspensión del servicio de tren. De ahí que todos los horarios tan ordenaditos que los australianos tienen para tomar el tren se vuelvan un caos con el calor y con ello vengan los gritos y sombrerazos de los pasajeros.

Muchas veces los trenes son sustituidos por camiones, esa puede ser la mejor solución. Pero ahí de ustedes si les toca –como hoy me tocó a mí- un tren de reemplazo sin aire acondicionado. Se imaginan eso: 40 grados a la sombra, gente encabronada, todos amontonados, oliendo el sudor del otro y esperando hoooooras para arrancar. Pero la mejor parte fue cuando me enteré que yo había tomado el último tren, después de ese se suspendió el servicio y mi compañera de trabajo no pudo llegar.

¿Dónde había estado yo?, me preguntaba. Estudiando a hora y media de la ciudad, en una universidad que me quedaba a 10 minutos en bus y una hora caminando. En un suburbio donde no pasaba nada, ni los camiones para ir a la ciudad. Metida en una vida de estudiante por 8 meses.

Hoy la escuela me queda a hora y media de mi casa, eso me obliga a ir a la ciudad todos los días. Uno de mis trabajos está en pleno corazón de Melbourne y otro a media hora de mi casa. Tomó bus, tren y hasta manejo la bici para poder llegar a mi destino. Sudo, me encabrona perder tiempo, platico con los pasajeros del calor, de lo caro que es el transporte, de la economía australiana, de lo cerca que tenemos la playa, de lo lindo que es vivir en Australia, pero lo difícil que es conseguir para comer. Ahora vivo en Australia, ya no estoy de paso. Ahora busco trabajo para pagar renta, escuela, comida, transporte. Planeo mudanzas, aterrizo y me doy cuenta que no es tiempo para moverme. Planeo comprarme un carro, busco en mi cartera y veo que aún no me alcanza. Sueños aún hay muchos, pero la realidad es lo que hay que resolver de inmediato. Por lo pronto me preparo para lo que vendrá. Se anuncian temperaturas que rondará los 40 grados toda esta semana. Welcome to Hell.

6 comentarios:

Victor Montufar dijo...

Hola Silvia! Te leo tan lejos y te siento tan cerca! de vdd no sabes còmo me transmites esas ganas de salir corriendo del país e irme a otro lado a vivir esas aventuras.
He leído un poco sobre Australia y es uno de esos países que creo nadie se debe morir sin visitarlo.

A lo mejor es una tonterìa, pero no sabes còmo se me antoja bajar del avión, salir del aeropuerto y respirar el aire de allà. Sentir ese golpe de calor e incluso aspirar ese aire...

Te cuento que por acà las cosas no estàn muy bien, la crisis apenas empieza a hacer estragos. Yo soy de los que piensan que aùn no ha llegado en su totalidad al país. Apenas ayer leía que Toyota pararà su producción en Tijuana... Hoy un conductor de CNN lo dijo muy claro: La masacre del día es... No hay dìa que no tengamos malas noticias al respecto... Hasta creo que la violencia ha pasado a segundo tèrmino. En fin sólo nos queda seguir en el trabajo y ver hasta cuándo nos aguantan. Un abrazo sincero hasta aquellas tierras, Vic

La Sylvana dijo...

Qué bueno que te anime lo que escribo.Pero en verdad no querrás probar ese golpe de calor de 45 grados, es el infierno mismo. Pero aún así se sobrevive y se vive bien por acá.

Por cierto, aca también se dan esas masacres, no tan frecuentes como en América, pero se dan, sí señor. Muchos latinos estamos por acá con los puños bien apretados y con todo el cuerpo alertar para cuando llegue el golpe. Mientras sigo en la escuela y trabajando bien duro.

Gracias por el abrazo.

Anónimo dijo...

Anama... toma mucha agua...aunque sea del grifo. No quiero que te me deshidrates. ¡Ayyy, qué rápido que te me adaptas a todo tipo de habitat!
Te extraño, el D.F. no es lo mismo sin ti.

Concharrita dijo...

Parisita, si ya eres formalmente migrante, ya podrias estar mandando unos dolarucos para la raza de aca ¿¿no??

Que bueno que estes tan activa, que seas esa silvia que me gusta, reconozco y admiro tanto...a la otra, ya sabes cual, metela en un tambo y hazla pozole (dejar hervir por 8 horas)

Despues de leer lo del calor, menos voy, jajjaja, no es cierto, un dia, un dia te caere...

Besitos y sigue escribiendo, lo haces muy bien ...

Chilangelina dijo...

Ándele, pero quería andar de pata de perro, ¿verdad?
Pues a mí me da gusto que tengas que pasar por tantas andanzas porque así te das una idea de la realidad del lugar donde vives. Lo que hace que valga la pena estar lejos de la tierra de uno es la riqueza de la que uno se llena viendo la vida de la gente real, de carne y hueso, del país donde vive. Como periodista, estas son las experiencias, los datos, las pequeñas cosas que te van a enriquecer.
Te mando un abrazo Paris y no dejes de escribir, no lo dejes, no lo dejes. Aunque sea un poquito, una frase, cualquier cosita; sería injusto que dejes que se marchite un blog tan esperado por tanta gente.

Y me sumo a la moción de la Concha: a aquélla, métela al tambo y desaparécela forever.

Anónimo dijo...

Hola, ahora si me tienes impresionada con tanta constancia, tienes mucha razon, estar en un lugar de paso genera una perpectiva totalmente diferente de cuando estas en ese mismo lugar, en las mismas circunstancias pero ya con la idea de que es permanente por lo menos a mediano plazo, pero yo se que tu eres una persona de muchas habilidades y que pronto va a estar como pez en el agua, tambien al saber que estabas alla por un breve tiempo no es que no te extrañaramos pero era algo diferente a saber que ese breve tiempo se volvio algo indefinido, pero todo por tu superacion. Cuidate mucho

Besos